jueves, 23 de agosto de 2012

Una amante desesperada


Escribo esta carta en la soledad de mi habitación, para hablarte de esta desesperación que me mata, que mata mi paciencia poco a poco.
A tu lado he descubierto la grandeza del amor, he descubierto que parece una plantita agradecida, si se pone en un poco de tierra renace y crece, no le importa si es tierra prohibida, el amor se alimenta de la vida y de la alegría, también del dolor.
Así nació este amor que me desespera, nació de la nada, nació de la aventura, de un momento, de un deseo, nació de las ganas, nació del sexo. Si solo eso, solo sexo.
No pido nada porque no tengo el derecho. No existe el derecho de las amantes.
Para ustedes los hombres prohibidos, las amantes vivimos en luchas vanales tratando de ser mejores que ellas, a las que nunca cambiarían por una aventura. Yo se que a pulso me he ganado este noble titulo de "la otra", yo que desde un principio me advertiste que solo seria un pasatiempo, un momento de lujuria de locuras del sexo y de pasión, pero yo no soy un objeto que solo siente con el cuerpo, me enamore de ti, maldita sea, me enamore de todo lo que tiene tu nombre, tu perfume tu cuerpo. Porque tengo corazón y siento con el alma.
Ahora estoy muriendo sin ti, cada vez que tengo que esperar una fuga tuya, disimular frente a todos que no soy nadie para ti y que tu no eres nadie para mi.
Estoy desesperada, aburrida y frustrada.
Me duele en lo mas profundo de mi ser, estar aquí sentada llorando escribiendo esta carta que me sirve para desahogar mis pesares, para calmar mis dolores. Aunque para ti no sea nada.
Solo quiero decirte que estoy desesperada, que me duele la angustia de no tenerte a mi lado cuando mas te deseo.
Te amo tanto aunque para ti no signifique nada.

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